Marvel Rivals, el exitoso juego multijugador de NetEase, ha alcanzado un éxito meteórico en medio de una creciente controversia. Si bien atrae a millones de jugadores en todo el mundo, el desarrollador ahora enfrenta importantes obstáculos legales junto con sus logros comerciales.
En enero de 2025, los fundadores de Prytania Media, Jeff y Annie Strain, presentaron una demanda de $900 millones contra NetEase en los tribunales de Luisiana. La disputa se centra en las acusaciones de que NetEase—que poseía una participación del 25% en la subsidiaria de Prytania, Crop Circle Games—difundió información errónea perjudicial. Según los documentos judiciales, NetEase supuestamente acusó a Prytania de irregularidades financieras y fracasos operativos, alegatos que los Strain afirman provocaron la retirada de inversionistas, el cierre de estudios y una eventual bancarrota.
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NetEase ha negado categóricamente los reclamos, calificando la demanda como infundada. La empresa prometió defender su integridad comercial, manteniendo un estricto cumplimiento de los estándares éticos. En un comunicado oficial, NetEase sugirió que los procedimientos judiciales revelarían las circunstancias reales detrás de la caída de Prytania.
La demanda sigue a las recientes críticas por los despidos en el estudio de NetEase en Seattle. Un acuerdo potencial de $900 millones podría causar un daño financiero y reputacional considerable durante un período de crecimiento pivotal para el gigante de los videojuegos.
Con el caso en curso, los observadores de la industria destacan los altos riesgos: más allá de la exposición financiera, la demanda pone a prueba el gobierno corporativo de NetEase como una fuerza importante en la industria y el estudio detrás de Marvel Rivals. El resultado podría influir en la confianza de los inversionistas y el posicionamiento competitivo en el mercado de juegos en evolución.
Esta batalla legal subraya las complejidades de las asociaciones de desarrollo de juegos a gran escala y los riesgos significativos cuando las colaboraciones se deterioran. Ya sea que NetEase supere la tormenta o enfrente repercusiones duraderas, el caso podría redefinir las dinámicas de poder dentro del ecosistema global de videojuegos.